lunes, 17 de marzo de 2014

A PETICIÓN DEL PROFESOR...


Lo que podéis leer a continuación son los comentarios que hace una madre a solicitud del profesor de su hijo, que le pide exprese su opinión.

LO QUE APORTA LA ESCUELA Y LO QUE ECHAMOS DE MENOS

Partiendo de mi experiencia y como madre de un niño “especial”, en el mejor sentido de la palabra, voy a intentar explicar lo que más me ha gustado, lo que menos me gusta y lo que echo de menos en su enseñanza escolar.

Creo que lo peor que puede pasarles a estos niños “diferentes” es que desde el primer momento se los etiquete como tal, nadie es quien para poner etiquetas, pero todos somos humanos y cometemos esos errores, aunque las personas que trabajan con niños deberían saber lo sensibles que pueden llegar a ser y como con un comentario desacertado se les puede hacer mucho daño, hablamos de niños con una sensibilidad especial, para lo bueno y para lo malo.

Entiendo que tal y como está montado el sistema de enseñanza actual, lo mejor es tener un “rebaño” tranquilo y lo más homogéneo posible, que nos dé poco trabajo y funcione solo.

 Una sola persona para 20-30 niños, es a todas luces insuficiente, no se les puede atender como ellos se merecen, no se puede sacar lo mejor de cada uno, ni respetar sus ritmos, límites y espacios. Pero también es cierto que con un poco de voluntad y ganas de trabajar, antes de perder la vocación que en su día nos llevo a estudiar para educar, para enseñar, se pueden buscar otras formas de trabajo que permitan a los niños ser ellos mismos, poder expresarse, poder sacar lo mejor de ellos, y aprender con motivación, no solo por repetición.

Los profesionales de la educación tienen una gran responsabilidad, según sea su actitud y su forma de llegar o no a los niños, pueden levantarlos o pueden hundirlos, en 2-3 años que están con los mismos niños, habrán hecho una gran labor o un enorme daño.

Cuando tienes un niño “diferente” y tienes la gran suerte de que conecta con su profesor y le ves subir como la espuma, la satisfacción es tremenda, todo el trabajo que tú estas realizando en casa y todo tu esfuerzo se ve recompensado por alguien que te apoya desde dentro y que rema en tu misma dirección y eso es impagable por los padres y fenomenal para el desarrollo del niño, ese profesor/a dejara una huella en su camino, de las que apetece recordar.

Pero ¿qué ocurre cuando el niño es el mismo, sus capacidades son las mismas, pero como no molesta en clase, su profesor no lo ve?, se olvida de que está ahí y solamente potencia su aspecto negativo, lo que le molesta, con comentarios del tipo, “es muy lento”, “solo hace lo que le gusta”, “coge mal el lápiz”… lo está machacando, está haciendo mermar su autoestima y la confianza en sí mismo y además está dando argumentos a sus compañeros para potenciar eso mismo.

Nosotros somos los adultos y estamos educando, pensemos antes de hablar lo que vamos a decir, cómo y a quién, y si no lo tenemos claro, más vale morderse la lengua y actuar de la mejor forma posible sin decir nada.

Lo que más se echa de menos en la enseñanza son profesionales con motivación y con ganas de trabajar para los niños, cuando tienes la suerte de dar con uno de ellos, ¡¡te ha tocado la lotería!!

Además los medios son escasos, el ratio es muy alto y faltan apoyos para poder realizar más y mejores actividades.

También me gustaría decir, que no todos los padres somos iguales tampoco, y que no somos esos monstruos de los que hablan en las reuniones de padres, que mandamos a nuestros hijos al colegio para quitárnoslos de encima, les metemos todas las extraescolares posibles y nos olvidamos de ellos y luego solo queremos oír que nuestros hijos son maravillosos y si no es así que no nos digan nada.

Hay padres y yo creo que no son pocos, que nos ocupamos de la educación y formación de nuestros hijos y que nos gusta saber lo bueno y lo menos bueno, la incomunicación entre padres y profesores es una herramienta inútil, cuando la colaboración podría ser muy buen arma.

Si no se puede llegar, no hay más que decir, pero si no lo hemos intentado…quizá hemos perdido una ayuda, ¡y no tenemos muchas!.

Trabajemos juntos por y para los niños, la recompensa es enorme.


Muchas gracias.

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